Existen varios recursos que cómo docentes están a nuestro alcance, tales como:
-
- Las preguntas: Podemos englobar dos tipos de preguntas: las que recibimos del público y aquéllas que formulamos nosotros como recurso para agilizar nuestra intervención, mejorar la comprensión u obtener información.
- Las interrupciones: Las interrupciones representan quizá una de las mayores pruebas de fuego para el orador, ya que son inesperadas, pueden desviar la atención del público hacia la fuente de interrupción, pueden hacernos perder el hilo de nuestro discurso y, finalmente, demandan una respuesta espontánea, rápida y eficaz.
- Los silencios y las pausas: En líneas generales, los beneficios del uso del silencio en la exposición oral, en forma de realizar pausas en ciertos momentos de la exposición, ya que pueden ocultar nuestro nerviosismo, nos dan un poco de tiempo para pensar en lo que vamos a decir continuación y nos sirven de recurso para aumentar la atención de la audiencia.
- El humor: El sentido del humor puede ayudarnos en gran medida a mejorar nuestras intervenciones, ya que, por una parte, relaja el ambiente de la comunicación, suaviza la rigidez de algunos temas y nos puede hacer ganar el favor de los alumnos.
- Las transiciones: Anteriormente, en el apartado dedicado a los objetivos, decía que era necesario estructurar nuestra clase con el fin de conseguir y mantener la atención de la audiencia.
- El tiempo: El tiempo es algo que, a la hora de hablar en clase, parece que corre en nuestra contra. Algunas veces parece infinito, de manera que pensamos que nunca vamos a poder ocupar todo el tiempo que tenemos asignado hablando del tema que nos ocupa; otras nos falta tiempo para tocar todos los puntos que teníamos previstos en nuestra intervención. De ahí la importancia de planificar nuestro discurso para adaptarlo al tiempo que tenemos disponible.
- La audiencia: La comunicación es cosa (al menos) de dos, un emisor y un receptor. A la hora de hablar en público, aunque pueda parecer que no es así, también es cosa de dos: el orador y el público.
- El entorno: Cuando tenemos que hacer una exposición ante un público, lo más habitual es que no podamos elegir el entorno donde ésta se va a llevar a cabo y, por consiguiente, muchos de los aspectos relacionados con él, aunque sí que podemos aprovechar al máximo las características del entorno que nos han asignado. Algunas de ellas se describen a continuación.
- El tamaño del aula, salón: El tamaño del aula, salón, estará en función de la cantidad de alumnos que componga la audiencia, ya que tan mal efecto hace ver una sala enorme con pocas personas.
- La disposición del mobiliario y del material: Otro aspecto a considerar es la disposición que tienen de recursos didácticos, como cañón, video, dvd, computadora, pantalla, proyector de acetatos, rotafolios etc.
- La iluminación: La iluminación debe ser muy abundante, aunque hay que tener en cuenta que una iluminación excesiva puede dificultar la visión de lo que proyectemos como medio de apoyo (transparencias, diapositivas, etc.), o producir reflejos sobre la pantalla si estamos proyectando.
- La temperatura: Hay que evitar las temperaturas extremas, teniendo especial cuidado con las temperaturas altas, ya que, una vez que la sala esté llena de gente y empiece a pasar el tiempo, la temperatura irá en aumento cada vez más, con el consiguiente malestar tanto del público como de nosotros mismos.
- Los medios: Los medios representan todas aquellas herramientas que utilizamos para mejorar la impartición de la clase, así como para complementar los contenidos orales.
- Los apuntes: Aunque es conveniente no leer el contenido de nuestras charlas, sino contarlo, a veces que se necesita llevar unos apuntes que ayuden a guiar el tema o clase para que se le facilite así como información adicional con la que enriquecerlo (como datos, estadísticas, etc.).
- Otros: La pizarra es el medio más clásico de apoyo, aunque cada vez su uso se va reduciendo debido a la creciente utilización de los medios audiovisuales. Sin embargo, en algunas ocasiones es conveniente seguir utilizándola, dado su carácter dinámico y espontáneo.